Por Boris Luis Cabrera.
Partiendo que son solo topes de preparación y que el elenco de isla aún no cuenta con varias de sus piezas fundamentales, es ilógico formarse una opinión temprana y poner en duda el buen desenvolvimiento de la selección en el evento que reunirá a los países mejor ubicados en el ranking del orbe, según la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol.
La dirección del equipo utilizó una estrategia válida de darle juego a todos los miembros del grupo, incluyendo los de la reserva, además de subir al montículo a varios lanzadores en cada desafío, con el objetivo de ir evaluando sus rendimientos, formas físicas y las cualidades de los convocados que residen y se desempeñan en ligas profesionales foráneas.
Hay que tener bien claro que el objetivo de esos enfrentamientos no es la victoria, y partiendo de esa premisa se pueden comenzar los análisis de lo acontecido por estos días en las ciudades de Ulsan y Seúl.
Pero cuando solo restan menos de dos semanas para que arranquen las acciones en el grupo B en Taiwán, donde Cuba tendrá que enfrentarse a conjuntos de la talla de República Dominicana, Australia, Surcorea (campeón en 2015), Japón (vigente monarca) y China Taipéi (anfitrión), llama la atención su pobre desempeño ofensivo y la actuación de algunos lanzadores.
Ante equipos débiles, con serpentineros más parecidos a los que están acostumbrado a ver en los torneos domésticos, los antillanos atacaron con efectividad, al punto de fabricarles siete carreras a los chinos de Jiangsu Huge Horse y 14 a los Héroes de Goyang, una escuadra perteneciente a la segunda división de ese país asiático.
Contra los de más rango, incluso con varias ausencias en sus filas tras concluir su liga profesional, apenas se pudieron anotar un par de carreras frente a los LG Twins (se ganó ese partido) y una ante los NC Dinos, además de tres en dos desafíos frente a la selección nacional de Surcorea, elenco que le anotó un total de 15, 13 de ellas en el de despedida.
De cualquier modo la gira fue muy provechosa por varios motivos como pueden ser la adaptación al cambio de horario, el comienzo del modelaje competitivo y la observación en juego real de varios peloteros.
Esto permitió, ante las bajas de los lanzadores Yoan López y Ronald Bolaños, incluir dos atletas que estaban en la reserva (Rafael Viñales y Pavel Hernández), en medio de la polémica que siempre genera la exclusión de jugadores con destacado rendimiento durante la gira, con mejores números que otros sí incluidos en la nómina.
Con varias preocupaciones, el equipo cubano dirigido por Armando Johnson viajará este domingo a Taiwán, donde todavía tiene pactados otros duelos de preparación en las ciudades de Taichung y Taipéi, antes del inicio de la competencia.
Superar su mejor actuación en estas lides, un sexto lugar en 2015 bajo las órdenes de Víctor Mesa, no es una quimera, pero apoderarse de uno de los dos boletos del grupo y acceder a la llamada superronda entre los cuatro grandes del torneo, es un reto mayúsculo.
Borrar la imagen de la pasada edición de 2019, cuando ocuparon un decepcionante décimo puesto bajo las riendas de Miguel Borroto, parece por ahora la meta más alcanzable, pero como sucedió en el V Clásico Mundial de Béisbol, donde Cuba logró un sorprendente y reconfortante cuarto escaño, en este gran deporte cualquier cosa puede suceder sobre el terreno.
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