“Hemos dado un primer paso: desbloquear Cochabamba hacia el occidente de nuestro país. Ahora continuaremos trabajando hasta liberar este departamento del secuestro al que está sometido (…)”, escribió el dignatario en sus redes sociales.
Arce expresó su solidaridad con los policías heridos en los enfrentamientos, con los militares que este viernes fueron tomados como rehenes en tres unidades militares; sus familias y con los periodistas que sufrieron violencia en esta jornada.
Agregó Arce que los movilizados retuvieron como rehenes a militares y sus familias con amenazas para sus vidas, “siendo que ellos no intervienen en ningún operativo, solo están resguardando sus unidades”.
Según Arce, ellos son de origen popular, y muchos también tienen “raíces indígenas originarias, como los policías a quienes estos grupos irregulares están disparando con armas letales y lanzando dinamitas”.
Previamente, el jefe de Estado denunció que esos grupos tomaron el lugar en que se encuentra el armamento militar en estas unidades, “lo que se constituye en un acto criminal absolutamente condenable que dista mucho de cualquier legítima reivindicación social del movimiento indígena originario campesino”.
Advirtió que la toma de una instalación militar por grupos irregulares en cualquier lugar del mundo es un delito de traición a la Patria, una afrenta a la Constitución Política del Estado, a las Fuerzas Armadas y al propio pueblo boliviano, que rechaza de manera contundente los bloqueos criminales.
El comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia, general Gerardo Zabala, instó este viernes a los bloqueadores en el Chapare a dejar de manera pacífica las instalaciones militares tomadas y alertó contra el empleo de su armamento.
Se dirigió, además, a quienes tomaron como rehenes a militares y personal civil del Regimiento Cacique Juan Maraza, en Villa Tunari a quienes pidió: “no me toquen a mis soldados ni a sus instructores”.
En conferencia de prensa junto al Alto Mando de las Fuerzas Armadas, Zabala aseguró que la toma de las unidades castrenses representa “una traición a la Patria y un atentado contra la seguridad y soberanía del Estado”, por lo que esos hechos “están violando leyes nacionales e internacionales”.
Se informó que, tras la toma por asalto del Regimiento Cacique Juan Maraza, corrieron la misma suerte el Regimiento de Infantería RI-31 Coronel Epifanio Ríos, en el Trópico de Cochabamba, y la Base Naval en Puerto Villarroel.
La toma de instalaciones militares ocurrió el día en que comenzó el operativo de desbloqueo por parte de policías con apoyo militar, lo cual fue respondido por los sectores radicales movilizados con el lanzamiento de dinamita que hirió a varios policías y a un reportero gráfico que los acompañaba en Parotani, Cochabamba, epicentro del enfrentamiento violento, según se informó.
Como resultado, quedaron aprehendidos 66 bloqueadores, de los cuales 55 fueron presentados en la televisión por el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, quien anunció que serán investigados por terrorismo, alzamiento armado, tenencia y tráfico de armas y otra lista de delitos contra la seguridad del Estado.
Dentro de este contexto, el exmandatario Evo Morales llamó desde el Chapare, Cochabamba, a sus seguidores a dar un cuarto intermedio (receso) e iniciar un diálogo negociador con presencia internacional.
Informó que, mientras tanto, “nosotros nos declararemos en huelga de hambre. Para ello, el gobierno debe replegar a todos los efectivos militares y policiales. Además, pedimos que se instalen dos mesas de diálogo para tratar los temas económicos y políticos. Debe parar la persecución y la represión”, escribió en su cuenta de X.
“Reiteramos que el diálogo es el único camino”, concluyó el exmandatario.
En respuesta, uno de los líderes de los sectores campesinos que respaldan a Morales, informó que, tras consultar con las bases, se decidió continuar los bloqueos.
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