Junto al mandatario asistieron líderes de religiones tradicionales, como el Patriarca Kirill de Moscú y toda Rusia, el jefe de la Sangha Tradicional Budista de Rusia, Damba Ayusheev, y el Jefe Mufti de Rusia, Talgat Tadzhuddin, destacó el servicio de prensa del Kremlin.
También estuvieron presentes representantes de otras denominaciones religiosas, incluido el Gran Rabino de Rusia, Berel Lazar.
Putin destacó la importancia del acontecimiento histórico asociado con Minin y Pozharsky, enfatizando que a principios del siglo XVII Rusia «estaba a punto de perder su soberanía y podría desaparecer para siempre del mapa de Europa y del mundo».
Sin embargo, añadió el jefe de estado, el pueblo de Rusia no lo permitió y, uniéndose en las filas de la milicia de Minin y Pozharsky, “defendió su tierra natal, se deshizo de los invasores y traidores, restauró el poder fuerte, puso fin a las disputas intestinas, asumió la responsabilidad de salvar el país y abrió el camino para el renacimiento”.
En la ceremonia también estuvieron presentes representantes de organizaciones juveniles, de veteranos y patrióticas, incluidos Yunarmiya, el Primer Movimiento y otros.
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