La muestra abarca un total de 230 piezas, en grupos de reliquias culturales, resultado de un arduo trabajo de restauración con especial cuidado para conservar los colores originales de los objetos museables.
En entrevista con Prensa Latina, Liu Jiangwei, restaurador del museo, argumentó que presentar la imagen completa de un guerrero ante el público de la manera más auténtica, constituye el mayor desafío.
«Los que se exhiben en esta exposición especial son algunos guerreros y caballos de terracota. Hemos logrado proteger este tipo de pintura. De hecho, constituye el mayor logro científico y tecnológico para nosotros. Mi trabajo es restaurar y proteger reliquias culturales», dijo Liu.
Entre las piezas figuran oficiales blindados, guerreros de tiro vertical, funcionarios militares de menor rango, soldados arrodillados, infantería entre otras piezas.
Por su parte, Tian Jing, investigadora del sitio patrimonial, explicó que en un periodo de 50 años la continua excavación arqueológica permitió comprender la disposición del Mausoleo del Emperador Qinshihuang, y perfeccionar el proceso de conservación.
«Hay que dibujar, fotografiar, medir y registrar su ubicación original para que sirva de base en futuras investigaciones y restauraciones. Tenemos un equipo de cinco arqueólogos, son seis meses para excavar y restaurar un guerrero de terracota. En cinco décadas excavamos dos mil guerreros de terracota», aseveró Tian.
Junto a la nueva exposición los sitios de excavaciones atraen a gran parte del público. Según los resultados del proceso de excavación, se especula que casi 8 mil guerreros y caballos permanecen enterrados en los pozos.
El ejército estacionado en las afueras de Xi’an, capital de 13 dinastías, simboliza la legión subterránea del primer emperador en el inframundo.
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