La Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) estableció esta jornada en 2015 como una forma de reconocer la importancia de estar preparados, así como de contar con sistemas de alerta que protejan la vida de las personas y prevengan los daños causados por los tsunamis.
El tema del Día de este año coincide con el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres y la Cumbre del Futuro, que se centra en «los jóvenes y las generaciones futuras».
Las actividades previstas para la celebración tienen por objeto conmemorar el 20 aniversario del tsunami del Océano Índico transmitiendo sus enseñanzas a una nueva generación de niños y jóvenes.
Por su parte, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres insta a los países con riesgo de tsunamis a que actualicen las rutas de evacuación, instalen nuevos sistemas de alerta y conciencien a la infancia y la juventud.
También animan a los jóvenes y a los institutos de enseñanza a que jueguen y aprendan con el juego en línea Stop Disasters para entender cómo salvar vidas durante los catástrofes.
En redes sociales, promueven durante toda la jornada las etiquetas #GetToHighGround (#ALasZonasAltas) #TsunamiDay (#DíadelSunami) #AreYouReady24.
El 26 de diciembre de 2004, un terremoto en el Océano Índico provocó un devastador tsunami que se cobró trágicamente la vida de unas 230 mil personas y afectó a 14 países, los más perjudicados fueron Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia.
En los últimos 100 años se han registrado 58 de esos eventos, que han acabado con la vida de más de 260 mil personas, superando a cualquier otro desastre natural.
La palabra «tsunami» (o sunami) está formada por las palabras japonesas «tsu» (puerto) y «nami» (ola) y se trata de una serie de olas gigantescas que se producen por una perturbación bajo el agua, por lo general, asociada con los terremotos que ocurren en el fondo del océano o cerca de él.
Las erupciones volcánicas, los deslizamientos de tierras submarinas y los desprendimientos de rocas costeras también pueden provocar un tsunami, al igual que el impacto de un gran meteorito en el océano.
Se originan a partir de un movimiento vertical del fondo marino, con el consiguiente desplazamiento de la masa de agua.
Las olas del tsunami normalmente parecen muros de agua que golpean violentamente la costa durante varias horas en intervalos de entre cinco y 60 minutos.
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