Este viernes el ejército congoleño y milicias locales denominadas Wazalendo mantenían confrontaciones con los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) en el eje Pinga-Peti, en territorio de Walikale, y algunas fuentes militares refirieron a Radio Okapi la toma del control sobre Peti y parte de la vecina localidad de Minjenje.
Los combates en esa zona se reanudaron la víspera y si bien el Ejército de la RDC atribuye la violación de la tregua al M23, fuentes civiles refieren que los militares iniciaron las hostilidades.
La confusión es mayor pues en el territorio de Nyiragongo un civil perdió la vida y tres resultaron heridos en supuestos enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas y el M23 en el oeste de Kibumba.
Los rebeldes, sin embargo, negaron el hecho y todo apunta a que se trata de fuego cruzado entre el Ejército y los Wazalendo, que terminó alcanzando a los civiles que recogían leña en el parque Virunga.
La actividad bélica en esta zona resulta contraria a los pasos dados por la RDC y Ruanda para la paz, que incluso el pasado 5 de noviembre lanzaron el Mecanismo de Verificación Ad-Hoc Reforzado, con la presencia de los cancilleres de ambos países en Goma, Kivu Norte.
El Departamento de Estado norteamericano emitió este viernes, a propósito del tema, un comunicado en el que expresó profunda preocupación por las violaciones del alto el fuego registradas desde el 20 de octubre pasado.
Significó que el M23, grupo armado apoyado por Ruanda, “debe cesar de inmediato las hostilidades y retirarse de sus posiciones en el territorio de Walikale”, mientras que exhortó a Kigali a retirar de inmediato todo el personal y el equipo de la Fuerza de Defensa de Ruanda de la RDC.
Esto incluye sus sistemas de misiles tierra-aire, apuntó la nota y agregó que también deben terminar las interrupciones del localizador GPS.
El Departamento de Estado norteamericano se dirigió en los mismos términos al Gobierno de la RDC, “para que deje de colaborar con el grupo armado Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR)”.
La nota respalda el Proceso de Luanda, encabezado por el presidente de Angola, João Lourenço, que “ha logrado importantes avances, entre ellos la puesta en marcha del Mecanismo Reforzado de Verificación dirigido por Angola”.
En tal sentido mencionaron también el acuerdo a nivel técnico y de expertos sobre un plan para el grupo armado FDLR y la retirada de las fuerzas extranjeras no invitadas de la RDC.
“Hacemos un llamamiento a todas las partes para que cumplan los compromisos que han asumido en el marco del Proceso de Luanda. Todos los Estados deben respetar la soberanía de los demás, proteger a todos los civiles y exigir cuentas a los responsables de violaciones de los derechos humanos”, concluyó.
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