Inicialmente la deflación se interpreta como positiva por la caída de precios, pero “no es una cosa buena”, advirtió Carlos Acevedo, expresidente del Banco Central de Reserva (BCR), en declaraciones citadas por el diario El Mundo.
Los economistas consultados explican que la inflación negativa ocurre cuando hay una caída general de precios por un menor consumo, que en este caso se debe a un ajuste luego de elevación de los precios por varios meses.
La economía salvadoreña no reportaba deflación desde diciembre de 2020, el año de la gran crisis por la pandemia de Covid-19, cuando tuvo una tasa de -0.09 por ciento.
Según los analistas a diferencia de la inflación, en la deflación hay una caída general de precios en la economía.
Acevedo opinó que el retroceso indica que no hay capacidad de demanda efectiva, en otras palabras, la gente no tiene dinero y los precios bajan. Es un reflejo de la mala salud de la economía, subrayó.
A su vez, Rommel Rodríguez, coordinador del Área de Macroeconomía de la Fundación Nacional para el Desarrollo, valoró que la deflación es un ajuste que se origina cuando hay un exceso de liquidez o demanda por parte de los agentes económicos, que deriva en un aumento alto de los precios (inflación).
Explicó que cuando esa demanda se retira, los precios comienzan a caer de manera gradual y la inflación crece a una menor tasa, hasta caer en negativo. “Es un tema de cuidado”, advirtió Rodríguez.
Tanto Acevedo como Rodríguez concordaron que las alarmas se activarían si la deflación se mantiene por varios meses y se profundiza la magnitud, en el rango de -2 o -3 por ciento.
Acevedo recordó que el Banco Mundial anticipa que la economía global transitará en los próximos dos años por un proceso de reducción de precios en petróleo y alimentos.
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