El incidente se produjo una semana después de una explosión cerca de una escuela de niñas y un hospital en el distrito de Mastung en el mismo territorio, que acabó con la vida de ocho personas, incluidos cinco niños, de acuerdo con el diario Dawn.
El comisionado de la División de Quetta, Hamza Shafqaat, confirmó el número de muertos y agregó que la explosión fue un ataque suicida principalmente contra las fuerzas del orden, aunque también hubo víctimas civiles.
Luego del lamentable incidente, las autoridades decretaron la prohibición de reuniones en el área, la alerta máxima en estaciones de autobuses y solicitaron el cierre de los ferrocarriles con la suspensión de los servicios de trenes, según Shafqaat.
El jefe del partido Jamiat Ulema-e-Islam (JUI), Maulana Fazlur Rehman, condenó de manera enérgica el atentado, lo calificó de un incidente trágico y manifestó su profundo pesar por las víctimas y heridos.
Instó a los miembros de la organización política a ayudar a los heridos y cooperar con los equipos médicos del hospital.
Según una lista de heridos trasladados al Centro de Trauma y al Departamento de Emergencias de Quetta, publicada por el director general, Arbab Kamran Kasi, 53 personas de entre 20 y 50 años resultaron heridas.
Se informó que seis de ellas se encuentran en estado grave, mientras que tres fueron enviadas a una unidad de cuidados intensivos.
Según el diario Dawn, el grupo militante prohibido en el país, Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), se atribuyó la responsabilidad de la explosión.
Los ferrocarriles de Pakistán restauraron los servicios ferroviarios entre Quetta y Peshawar el 11 de octubre, después de una suspensión de más de un mes como consecuencia de un atentado con explosivos ocurrido el 26 de agosto que provocó el derrumbe de un puente clave entre Kolpur y Mach.
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