Durante la mayor parte de su vida se dedicó a rescatar y mantener vivas las tradiciones ancestrales, que representan la cultura y la espiritualidad de los primeros habitantes de esa zona del país.
Los huilliches, término que en idioma mapudungun significa “gente del sur”, forman parte del pueblo mapuche y la mayoría están concentrados en la comuna de Quellón, Región de Los Lagos.
El alcalde local, Cristián Ojeda, destacó la importancia de Cuyul para la cohesión comunitaria y declaró tres días de duelo tras su muerte a los 97 años.
Como Maestra de Paz, ella era la encargada de preparar y dirigir ceremonias importantes, como la rogativa marina y el guillatún, una mezcla de danzas, música y rezos para invocar el éxito en todos los proyectos colectivos.
Además encabezaba el nombramiento de los lonkos, los jefes de grupos de familias, así como el We tripantu, el año nuevo mapuche cuando se bautiza a todos los niños nacidos en los últimos 12 meses.
En 2014, bajo el gobierno de Michelle Bachellet, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes le otorgó a Domitila Cuyul la categoría de Tesoro Humano Vivo.
Por medio de su cuenta en X el movimiento Defendamos Chiloé lamentó la pérdida física de la líder espiritual y agradeció todos sus aportes al fortalecimiento de la comunidad.
Mientras, la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena destacó el papel de la Maestra de Paz en la tarea de preservar y mantener las tradiciones y ceremonias originarias en la Isla Grande de Chiloé.
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