Al margen de su participación en la Cumbre Extraordinaria Árabe e Islámica de Riad, el primer ministro interino, Najib Mikati, destacó en sus encuentros bilaterales la prioridad de presionar a Israel para que detenga su agresión contra la nación levantina.
Según la cuenta en X del gabinete libanés, Mikati discutió la situación del país como consecuencia de la hostilidad israelí con el presidente de Egipto, Abdel Fattah El-Sisi, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, y con sus homólogos de Iraq, Muhammad Shiaa Al-Sudani, y de Malasia, Anwar Ibrahim.
La máxima figura del Ejecutivo agredeció el apoyo a la integridad y soberanía de Líbano, así como a la ayuda humanitaria y las expresiones de condena tras los bombardeos israelíes contra civiles.
En este contexto, el presidente del Parlamento, Nabih Berri, reiteró el rechazo a cualquier acuerdo “que logre los intereses de Israel” a expensas de Líbano.
Berri expresó al diario Al-Joumhouria la posición del Estado de un alto al fuego y la aplicación de la Resolución 1701 sin añadir una sola palabra.
El titular del legislativo respondió a las declaraciones emitidas por el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, de más ataques contra Líbano hasta lograr los objetivos de la guerra y rechazar cualquier perspectiva de un acuerdo de cese de hostilidades.
La autoridad parlamentaria condenó el asesinato de dirigentes de la Resistencia libanesa (Hizbulah) y civiles, además de la demolición de edificios residenciales.
Desde hace más de 13 meses, Israel perpetra masacres contra civiles y destruye casas, infraestructuras y sitios religiosos y arqueológicos como parte de la escalada de violencia contra pueblos y aldeas en el sur, la capital y el norte de Líbano.
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