Se trató de un movimiento sorpresa, la subsecretaria de Ambiente, Ana Lamas, confirmó que “la delegación vuelve al país”, pero descartó de momento la salida de Buenos Aires del Acuerdo de París, el pacto de Naciones Unidas destinado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar el aumento de la temperatura global.
Los funcionarios de la Cancillería y de la Subsecretaría de Ambiente asistían a la cumbre en Bakú, Azerbaiyán, desde su inicio el 11 de noviembre e incluso intervinieron en algunos de los debates.
Esta acción está en línea con la postura radical de Milei, quien critica la lucha contra el cambio climático, considera falsas las evidencias de su impacto en el mundo y además rechaza la recaudación de fondos para mitigar los daños provocados por fenómenos naturales cada vez más desastrosos.
Hasta el año pasado Argentina consideraba a la batalla climática como “una política de Estado”, en 2016 ratificó el compromiso de reducir un 15 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero durante el período 2020-2030 y bajo el gobierno del exdignatario Alberto Fernández prometió recortarlas en un 26 por ciento.
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