Selassie, al intervenir en la cita que sesiona en Bakú, Azerbaiyán, mencionó el éxito de la Iniciativa Legado Verde desde su lanzamiento en 2019 hasta la fecha, un programa nacional que permitió plantar 40 mil millones de plántulas de árboles y ampliar la cobertura forestal al 23,6 por ciento con un potencial de hundir diez mil millones de toneladas de carbono.
Precisó que el gobierno etíope destinó el uno por ciento del presupuesto anual al Fondo de Restauración de Tierras y Legado Verde. A su juicio, esa estrategia puede ampliarse aún más y pidió apoyo mundial para ampliar tales esfuerzos.
En cuanto a la producción de trigo, afirmó que el proyecto resistente al calor en Etiopía produjo 107 millones de quintales del cereal en tres años y convertir al sistema alimentario en carbono negativo y los cultivos resilientes al clima.
Con un apoyo financiero adecuado, ese modelo puede replicarse a nivel mundial, aseveró.
En materia de energía renovable, el mandatario africano expuso las fuertes inversiones nacionales en generación de energía limpia diversificada y de base hidráulica gracias al aprovechamiento de sus recursos internos.
Sobre el tema de revertir la decadencia del espacio urbano, dijo que Addis Abeba, a través de su programa de desarrollo de corredores, prioriza un enfoque centrado en las personas y climáticamente inteligente para cambiar esta tendencia alarmante.
Por otra parte, enfatizó la necesidad de finalizar el nuevo objetivo colectivo cuantificado sobre financiamiento climático y hacerlo operativo. «Si bien exigimos un mayor apoyo financiero, expresamos nuestra profunda preocupación por el desembolso inadecuado, retrasado y complejo de los fondos existentes», advirtió.
Siguiendo el ejemplo de varias naciones africanas, Etiopía adoptó sus posteriores Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, así como un gobierno de bajas emisiones a largo plazo y un plan de adaptación que guían el compromiso colectivo para disminuir significativamente los impactos del cambio climático, agregó.
Instó a todos los países, particularmente a los desarrollados y a los grandes emisores, a hacer lo mismo, además esfuerzos concertados para construir un futuro sostenible para las generaciones venideras.
“Aspiramos y esperamos traducir nuestro compromiso del Acuerdo de París en acciones tangibles. Debemos revertir colectivamente la trayectoria de destrucción de la humanidad y hacer justicia a las víctimas del cambio climático, particularmente a las naciones vulnerables de África y los pequeños estados insulares”, concluyó.
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