El caso no se conoció hasta 2021, cuando la presunta víctima hizo la denuncia ante la justicia australiana y contó cómo ocurrieron los hechos en la propia casa de sus padres, en Port Fairly.
La identidad del sacerdote Bryan Coffey ya entonces era conocida por medios de prensa nacionales, pues en 2009 un tribunal local lo condenó a tres años de prisión suspendida por el abuso sexual a otros menores de edad.
Coffey falleció en 2013, pero la Comisión Real creada en Australia un año antes para investigar la respuesta de las instituciones públicas, religiosas, sociales, comunitarias y deportivas australianas a los casos de pederastia ordenó indemnizaciones.
Incluso, el informe final, presentado a fines de 2017, reflejó tal cantidad de casos de menores de edad abusados que los calificó como una tragedia nacional.
La decisión emitida este miércoles revirtió un fallo anterior del Tribunal Supremo del estado australiano de Victoria, según el cual la Diócesis Católica Romana de la ciudad de Ballarat, perteneciente a ese estado, era responsable subsidiaria de las agresiones sexuales cometidas por uno de sus clérigos.
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