De acuerdo con la senadora por el Pacto Histórico Sandra Ramírez, la periodista se lanza al terreno político con el impulso de empresarios y toda la derecha y extrema derecha en la nación sudamericana.
“La democracia se fragmenta cuando, utilizando a Semana como trampolín para fortalecer su campaña, decidió atacar a sus opositores y armar toda una estrategia de desprestigio contra el Gobierno Nacional”, escribió la legisladora.
El influencer Levy Rincón, por su parte, consideró que Dávila es la candidata de los paramilitares, los banqueros, la ultraderecha nazi y las élites que están dispuestas a todo para sentirse representadas por alguien que es capaz de hacer cualquier cosa para seguir la línea neoliberal y fascista propia de los dictadores que ahora se venden como libertarios.
El usuario de X Alexander Klein opinó que la comunicadora no es una candidata real, sino solo la fachada para que lleguen al poder los Gilinski, en referencia a la familia dueña del grupo de igual nombre, uno de los conglomerados más grandes de Colombia con negocios bancarios y mediáticos.
Por su parte, alguien que escribe bajo el seudónimo Mamertos 2.0, refirió que Dávila comenzó como toda campaña política de la derecha engañando a la opinión pública, diciendo que no era candidata mientras empleaba un medio de comunicación para atacar al gobierno de Gustavo Petro y al progresismo.
También el usuario Celso Tete estimó que la directora de Semana usó las banderas del periodismo para hacer politiquería barata, utilizó un medio de comunicación como plataforma política, de desprestigio y de persecución al gobierno de Petro.
En sus palabras, vistió de periodismo una campaña política de la extrema derecha.
Aun cuando Vicky Dávila no anunció por sí mismo su campaña, su decisión fue informada por el empresario Gabriel Gilinski, dueño de Semana, al director de W Radio, Julio Sánchez.
Si bien las reacciones sobre su postulación copan hoy las redes, desde hace meses se especulaba sobre dicha determinación.
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