Se refirió así a declaraciones aquí de Natalia Moland, vocera en español de la Secretaría de estado norteamericana por consideraciones militares y de seguridad, la cual, sostuvo debe cuidar el gobierno peruano.
Preguntado sobre si la funcionaria puede estar tranquila, respondió: “Totalmente. Este es un puerto netamente comercial, es una inversión privada, regulado por el Estado y además este es un país soberano», respondió.
También señaló que Chancay es una terminal abierta al mundo, reiteró la importancia del megapuerto para la economía peruana y dijo que revolucionará la logística del comercio suramericano con Asia, al ser el inicio de una ruta más veloz al Asia.
La obra en su primera etapa tuvo un costo de mil 400 millones de dólares y el puerto, automatizado, tiene el mayor calado (profundidad) de Suramérica y puede recibir navíos gigantescos, de 400 metros de largo, 60 de ancho y 16 de calado, a plena carga.
De las Casas agregó que Chancay, en el norte de la región de Lima, acogerá barcos con capacidad para 14 mil contenedores y es el más conveniente para el comercio suramericano.
Explicó que, saliendo de Chancay, los envíos a Asia no tendrán que llegar, como hasta ahora, primero a México para luego seguir rumbo a ese continente, con lo que se reducirá el tiempo de aproximadamente 35 horas a 23 y, por tanto, el costo de la travesía.
La obra, para su plena utilidad para los países vecinos, requiere de obras de infraestructura y conectividad para el acceso de la carga de países de la región, así como para la construcción de una zona económica especial para empresas que produzcan para el mercado peruano y para Asia y los asiáticos para el mercado suramericano, explicó De las Casas.
Al respecto, el ministro de Desarrollo e Inclusión Social, Julio Demartini, anunció la creación de una Autoridad Autónoma para el desarrollo de las obras de acceso y también otra entre Chancay y el puerto limeño de Callao, a una distancia de 75 kilómetros.
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