En una comparecencia televisiva para informar sobre las acciones implementadas para hacer frente a esa grave situación, el mandatario explicó que los territorios más afectados fueron Gauteng y KwaZulu-Natal, mientras que Limpopo, Free State y Mpumalanga también registraron docenas de estos hechos.
Precisó que tan pronto ocurrieron las muertes se activaron equipos multidisciplinarios que incluían detectives del Servicio de Policía de Sudáfrica, funcionarios de salud, inspectores ambientales, funcionarios del Departamento de Agricultura y de la Comisión Nacional del Consumidor.
El Gabinete se reunió en tres ocasiones para recibir informes y se solicitó al Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles que realizara pruebas científicas, por lo que se pudo determinar que en el caso de seis niños fallecidos en Naledi, Soweto, la causa directa es un producto químico utilizado como pesticida conocido como Terbufos.
Este es un producto químico organofosforado que está registrado en Sudáfrica para uso agrícola y no está permitido venderlo para uso doméstico, pero se vende informalmente para controlar las ratas, de lo cual se encontró evidencia durante la investigación, apuntó Ramaphosa.
Añadió que se confiscaron varios pesticidas ilegales en comercios locales y en algunos sitios estos se almacenaban junto con los alimentos, además de otras violaciones que surgieron o se irán comprobando, pues el proceso de investigación continúa.
El presidente mencionó otros químicos peligrosos como el aldicarb, prohibido en Sudáfrica desde 2016, y el galephirimi, que igualmente han sido usados para controlar las plagas de ratas.
Reconoció que la mala gestión de los residuos en varios municipios es la causa de esta infestación y que las comunidades más pobres son las más afectadas, y a menudo son también las que emplean los remedios más baratos que son estas sustancias letales.
El mandatario describió un plan que contempla tres líneas fundamentales de acción: sacar los pesticidas peligrosos de las calles; proteger a los niños de la exposición a estas sustancias, y prevenir futuros brotes.
A esto se suma el evitar la propagación de información errónea, pues se difundieron rumores sobre una supuesta campaña deliberada para envenenar a los niños, al igual que se vinculó el problema solo a los comercios propiedad de extranjeros, completamente incierto, sostuvo.
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