En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados palestino denunció la demolición de la sede de la Asociación Al-Bustan, ubicada en el vecindario de Silwan.
Este crimen confirma la política oficial israelí que pretende vaciar Jerusalén de sus habitantes originales y empujarlos a emigrar para reemplazarlos por los colonos, alertó.
La Cancillería afirmó que el objetivo es “el desplazamiento forzado y limpieza étnica de la presencia palestina en la Jerusalén ocupada, para perpetuar su judaización y anexión”.
Todas las medidas de ese país en la zona oriental de la ciudad son ilegales e inválidas, de conformidad con el derecho internacional, los acuerdos firmados, los Convenios de Ginebra y las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, subrayó.
Jerusalén Este es una parte integral parte del territorio palestino ocupado, y es la capital eterna del Estado de Palestina, aseguró.
El ejército israelí ocupó la zona oriental de la metrópoli en 1967, y desde entonces mantiene bajo su control el territorio pese a varias resoluciones sobre el tema del Consejo de Seguridad.
De hecho, en 1980 las autoridades del país declararon a toda la urbe como su capital eterna e indivisible, una postura rechazada por la comunidad internacional.
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