“¡Otra decepción!” o “México cae ante Honduras” son algunos de los titulares tras el partido disputado la víspera en el estadio Francisco Morazán de San Pedro Sula, en el país centroamericano.
El juego estuvo marcado no solo por el doblete de Luis Palma en los minutos 63 y 82, sino por la agresión contra el seleccionador de México, Javier Aguirre, luego del silbatazo final, cuando recibió el impacto de un objeto lanzado desde las gradas que le causó una herida en la cabeza.
Luego del incidente, la Federación Mexicana de Futbol emitió un comunicado en el cual expresó su rechazo “ante cualquier forma de violencia” y pidió a la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) aplicar el reglamento para emitir una sanción.
Por su parte, la Concacaf condenó enérgicamente el acto y prometió remitirlo al Comité Disciplinario para su revisión e investigación.
Acerca del marcador del encuentro, Aguirre se responsabilizó de los errores y expresó su confianza en que darán la vuelta en suelo mexicano, durante el juego a celebrarse el próximo día 19 en el Nemesio Diez de Toluca.
“Estoy molesto por el resultado, creo que mis jugadores no merecían irse con el 2-0. Errores puntuales nos condenaron y en el área no fuimos contundentes. Soy el responsable, tengo fe en que puedo remontar el partido», aseveró.
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