La prohibición del vecino país obligó a muchas familias a utilizar ramas de árboles para cocinar y calentarse, una situación que afectó gravemente la cubierta vegetal, que representa el pulmón de la ciudad y una fuente para mejorar la calidad del aire, señalaron las autoridades en un comunicado.
Destacaron que esa situación provocó altas tasas de contaminación, lo cual agrava los riesgos para la salud, especialmente de niños y ancianos, y los expone a graves enfermedades respiratorias.
El municipio llamó a la comunidad internacional, organizaciones humanitarias y ambientales a intervenir urgentemente para asegurar la continuidad de los servicios básicos y mitigar los daños ambientales y de salud.
Hace unos días, el portavoz del municipio de Gaza, Assem Al-Nabih, denunció que el agua llega sólo al 40 por ciento del área total de la ciudad, la más poblada de la Franja.
Señaló que más del 75 por ciento de los pozos de agua de la urbe quedaron total o parcialmente dañados.
Al-Nabih destacó que la falta del líquido en cantidades suficientes conduce a la propagación de epidemias y enfermedades.
Más de 43 mil 700 palestinos murieron en el enclave costero desde el inicio de la campaña militar israelí, en octubre de 2023.
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