En un comunicado, la organización no gubernamental dijo que documentó decenas de muertes premeditadas sobre el terreno llevadas a cabo por las Fuerzas Armadas del vecino país.
Asimismo, acusó a los militares de aterrorizar a la población, expulsarla por la fuerza de sus hogares, bombardear la infraestructura del enclave costero y atacar centros de refugiados.
Como ejemplo citó los asesinatos de Khaled Mustafa Ismail Al-Shafi’i (de 58 años) y su hijo mayor Ibrahim (21) el pasado miércoles, cuando fueron baleados en su vivienda, en la norteña ciudad de Beit Lahia.
Al mediodía, las fuerzas de ocupación comenzaron a avanzar hacia la zona donde estábamos, permanecimos atrapados en la casa y después de menos de dos horas, los israelíes volaron la puerta y asaltaron la vivienda, narró Tammam Abdel-Maqadma, de 61 años.
“Me quedé con mi familia en el piso superior, mientras mi hermana Haifa, su esposo Khaled y sus hijos estaban en el piso inferior. Escuchamos el sonido de los disparos y tuvimos miedo de ver lo que estaba pasando”, destacó.
Cuando bajamos a la planta baja, encontré al marido de mi hermana, Khaled, asesinado tras el impacto de dos balas en el estómago, junto a su hijo Ibrahim, subrayó.
El Observatorio advirtió que miles de palestinos asediados en el norte de la Franja sufren hambre y miedo, mientras los heridos a menudo no pueden ser trasladados para recibir tratamiento.
Confirmamos que decenas de personas murieron bajo los escombros después de que sus hogares fueran bombardeados, indicó.
Un miembro de la familia Hamouda precisó a la ong que durante su regreso a casa en el norte observó los cadáveres de cinco jóvenes de las familias Zayed y Rajab, que yacían a los lados de la carretera.
Había una bolsa de harina junto a una de las víctimas, el ejército le disparó mientras regresaba al refugio para desplazados, explicó.
La situación alimentaria es muy difícil, cualquier alimento que conseguimos lo distribuimos primero a los niños y en menor cantidad a los ancianos, detalló.
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