Según fuentes oficiales, el director general de la PF, Andrei Rodrigues, y el de Protección a las Personas, Alexsander Castro de Oliveira, realizaron el viernes una inspección de los protocolos de seguridad en el Museo de Arte Moderno (MAM Río), sede del evento.
La PF dirige el área de coordinación de seguridad pública, el centro estratégico regional de amparo integrado y la central de monitoreo antidrones.
Durante el período operativo del G20, los agentes cuidaran a unos 84 líderes mundiales y cancilleres.
El foro de las 19 principales economías del mundo y las uniones Europea y Africana cuenta con policías tácticos, incluyendo francotiradores de élite (snipers), equipos con coches tácticos y barridos antibombas con perros rastreadores.
La planificación incluye el uso de helicóptero de la Coordinación de Aviación Operacional con ejecutores armados, seguridad fija en los hoteles de las delegaciones y patrullaje costero en la región del MAM y Marina da Glória.
El reconocimiento realizado en el MAM Rio destacó los espacios de control y las áreas operativas, presentadas por Delano Cerqueira, coordinador general de Seguridad de Dignatarios, Grandes Eventos y Deponentes Especiales.
También la PF coordina y ejecuta la seguridad de todas las delegaciones extranjeras, con el apoyo de un robusto equipo de inteligencia.
El Gobierno anunció la semana pasada en un comunicado que movilizaría un contingente de nueve mil militares para reforzar la protección durante la reunión cimera del G20.
Militares de la Marina, el Ejército y la Fuerza Aérea actuarán en la seguridad de las comitivas en el perímetro externo del MAM Río y en otros puntos del centro y la zona sur de la ciudad, así como en los hoteles, donde se alojarán las delegaciones.
«El trabajo de los militares se llevará a cabo en articulación con los organismos de seguridad pública federales y del estado de Río de Janeiro. La GLO (Garantía de la Ley y el Orden) cierra el 21 de noviembre», informó el Ministerio de Defensa en una nota.
Brasil está conmocionado por el atentado del 13 de noviembre en la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia y la posible relación directa con los actos golpistas del 8 de enero de 2023, por su trasfondo ideológico y los objetivos de atacar instituciones democráticas clave.
Al respecto, Rodrigues aseguró que las explosiones, con fecha cercana a la cumbre del G20, no representan un «hecho aislado» y la unidad de investigación antiterrorista se activó para ayudar en los trabajos.
«Todo esto indica que estos grupos extremistas están activos y necesitan que actuemos de manera enérgica», subrayó.
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