De acuerdo con la publicación, la compañía británica BP redujo su equipo de hidrógeno en Londres y paralizó 18 proyectos, mientras Shell rebajó la apuesta por las bajas emisiones de carbono y Equinor decidió revisar sus operaciones en renovables y recortó proyectos.
Hace casi cinco años, BP reveló un ambicioso plan para transformarse en una organización con bajas emisiones de carbono, sin embargo, la firma intenta ahora volver a sus orígenes como gran operador de petróleo y gas, reactivar el precio de sus acciones y disipar las dudas de los inversores sobre los beneficios futuros, sustentó la fuente.
Sus rivales Shell y Equinor, controlada por el Estado noruego, también están achicaron los planes de transición energética establecidos a principios de esta década.
A juicio de “World Energy Trade”, el cambio de rumbo obedece, entre otros factores, a la crisis energética asociada al actual conflicto ruso-ucraniano y a la caída de la rentabilidad de inversiones en energías renovables, en particular de eólica marina, debido a la espiral de costos, los problemas de la cadena de suministro y problemas técnicos.
El CEO de BP, Murray Auchincloss, planea invertir miles de millones en nuevos proyectos de petróleo y gas en la costa estadounidense del Golfo de México y Oriente Medio, como parte de su campaña para mejorar los resultados y aumentar la rentabilidad, ejemplificó la publicación.
BP también recortó sus operaciones con bajas emisiones de carbono, al detener 18 proyectos potenciales de hidrógeno en fase inicial y anunciar planes para vender operaciones eólicas y solares.
Mientras el CEO de Shell, Wael Sawan, se comprometió a adoptar un enfoque implacable para mejorar sus resultados y beneficios y reducir la enorme diferencia de valoración en relación con sus grandes rivales estadounidenses, Exxon Mobil y Chevron, añade el texto.
Según la reseña, Equinor, un importante proveedor de gas natural, inició una revisión de su negocio de bajas emisiones de carbono, denominado internamente «REN Adjust», que incluye el desmantelamiento de varios emprendimientos en fase inicial para centrarse en proyectos eólicos marinos más avanzados.
En general, la desaceleración de los planes de transición energética de las empresas coincide con las advertencias de que el mundo incumplirá el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados para finales de siglo, necesario para evitar el impacto catastrófico del cambio climático.
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