Así lo considera la presidenta del Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA), Marcia Del Campo, quien advirtió además sobre los riesgos sanitarios para el país, según el sitio digital Diario La R.
La publicación refiere la confiscación de unos 600 animales en la frontera con Argentina, una cifra que refleja el aumento de casos del trafico ilegal.
El fenómeno se disparó por la diferencia en el tipo de cambio monetario entre los dos países, que incentivó las compras del otro lado.
Del Campo subrayó que este contrabando, además de ser ilícito, va contra el Plan Nacional de Control Reproductivo, que busca manejar el crecimiento descontrolado de la población de perros y gatos en Uruguay.
La presidenta del INBA refirió que muchos de los animales son transportadas en condiciones inhumanas, por las que incluso pierden la vida.
Otros incautados, subrayó, no sobreviven al proceso de recuperación, que incluye un período de cuarentena para evitar riesgos sanitarios.
Las legislaciones uruguayas, como la número 12147 y la Ley de Protección de Animales, prohíben el contrabando y protegen a las especies.
Sin embargo, la efectividad de estas regulaciones ha sido cuestionada. Grupos de defensa de los animales reclaman una mayor acción gubernamental para frenar el tráfico ilegal y garantizar el bienestar de los animales, según La R.
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