Varios ciudadanos nipones consideran vergonzoso que el mandatario saludara a otros líderes mientras permanecía sentado, con el teléfono en una mano.
Cuando su homólogo canadiense Justin Trudeau y el malasio Anwar Ibrahim, se acercaron a él, Ishiba levantó la vista del teléfono y estrechó manos, pero no se puso de pie, como puede apreciarse en videos de distintos momentos de la cita.
Tal comportamiento alarmó a usuarios japoneses que siguen debatiendo al respecto en diferentes redes sociales, donde no pocos lo acusan de grosero y hasta de asumir una actitud impensable para un adulto.
Además, en la ceremonia de bienvenida a la cumbre, el primer ministro nipón fue visto observando un baile tradicional con los brazos cruzados, según reportó la agencia japonesa de noticias Kyodo.
Previo al viaje a Perú, Ishiba debió someterse a un chequeo médico, tras numerosas críticas y especulaciones por haberse quedado dormido durante una sesión especial del Parlamento.
Dicho suceso desencadenó consternación popular, pues ocurrió cuando el Parlamento votaba por quién ocuparía el máximo cargo del Gobierno en la nación.
Un portavoz del Ejecutivo se vio obligado a explicar que, ese día, el experimentado político -de 67 años de edad- había tomado medicamentos para un resfriado, pero no sufre de problemas graves de salud como llegaron a sugerir algunos tras ver el video del dirigente dormido en pleno sufragio.
Gracias a esa jornada de votación, el actual líder del gobernante Partido Liberal Democrático de Japón mantuvo el cargo de primer ministro del país, aunque su coalición obtuvo el peor resultado de los últimos 15 años en las elecciones legislativas del pasado 27 de octubre.
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