El comandante Carlos Benítez mencionó la ejecución de tareas de control y prevención debido a la llegada de extranjeros al país, para lograr la convivencia pacífica antes, durante y después del enfrentamiento entre los clubes Racing, de Argentina, y Cruzeiro, de Brasil.
Las fuerzas del orden planifican el montaje de barras en ambos equipos para controlar cualquier intento de disturbio, así como el acompañamiento a los buses de jugadores y aficionados con el objetivo de asegurar un área de 300 metros a la redonda del estadio.
En cápsulas de seguridad, direccionadas cada una a un lugar asignado dentro del recinto deportivo, se prevé el movimiento de la hinchada, que será controlada por nombre y entrada y sometida a cateos dentro del marco jurídico.
Unas 12 mil personas confirmaron su asistencia al partido; en tanto, se estima el arribo al país de 25 mil turistas a partir de los datos que ofrecen la ocupación hotelera y otros registros.
El dispositivo, de cara a la más importante cita de clubes sudamericanos en el cono sur latinoamericano, incluye la instalación de dos pantallas gigantes para argentinos y brasileños que no entren al Estadio General Pablo Rojas, localmente conocido como La Nueva Olla.
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