Al intervenir en la vigésima novena Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se efectúa en Bakú, la jefa de la Autoridad de Calidad Ambiental palestina, Nisreen Al-Tamimi, afirmó que el 95 por ciento del agua en el enclave está infectada, reseñó la agencia oficial de noticias Wafa.
La funcionaria señaló que esa situación causó la propagación de enfermedades infecciosas entre los más de dos millones de habitantes del territorio.
Al-Tamimi también resaltó que Israel arrasó y se apoderó durante este año de unas cuatro mil hectáreas de tierra en la ocupada Cisjordania, incluida la zona de Jerusalén Este. Ante esa situación, llamó a la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades y presionar a ese país para obligarlo a detener su agresión y finalizar el asedio a Gaza.
Asimismo, pidió intensificar los esfuerzos de socorro, la recuperación y la reconstrucción de la Franja una vez finalizado el conflicto, que causó la muerte de casi 44 mil palestinos.
Las autoridades del enclave costero anunciaron esta semana que desde el inicio de las hostilidades, en octubre de 2023, las Fuerzas Armadas israelíes lanzaron sobre esa región más de 86 mil 600 toneladas de explosivos.
El municipio de Gaza criticó días atrás la negativa israelí a permitir el ingreso de gas al territorio, lo cual exacerbó la crisis ambiental y sanitaria al tiempo que aumentó el sufrimiento de la población.
La prohibición del vecino país obligó a muchas familias a utilizar ramas de árboles para cocinar y calentarse, una situación que afectó gravemente la cubierta vegetal, que representa el pulmón de la ciudad y una fuente para mejorar la calidad del aire, señalaron las autoridades en un comunicado.
Destacaron que esa situación provocó altas tasas de contaminación, lo cual agrava los riesgos para la salud, especialmente de niños y ancianos, y los expone a graves enfermedades respiratorias.
En julio último, un informe presentado por el director del Departamento de Vigilancia e Inspección de la Autoridad de Calidad Ambiental, Bahjat Jabarin, reveló que la agresión provocó la emisión de dos millones de toneladas métricas de dióxido de carbono por la demolición de decenas de miles de edificios y el uso indiscriminado de bombas.
Recordó que allí viven de 150 a 200 especies de aves, 20 de mamíferos y una cantidad igual de reptiles que se consideran raros o en peligro de extinción.
Más de 270 mil toneladas de residuos sólidos domésticos e industriales están acumulados en calles, centro de refugio, playas, y estaciones de transferencia sin poder ser tratados o movidos a un lugar más seguro, subrayó entonces.
Las costas marinas son testigos de una acumulación de desechos sólidos mientras las tasas de contaminación de las aguas subterráneas aumentaron a 97 por ciento, estimó.
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