En declaraciones a la prensa este viernes, el titular del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), José Villavicencio, rechazó la insinuación que hizo el presidente Daniel Noboa y la propia Policía de vincularlos con actividades irregulares para financiar sus manifestaciones, como la ocurrida la víspera.
“Nosotros no recibimos recursos del Gobierno, ni de organizaciones internacionales. Esas acusaciones son parte de un Gobierno incapaz, indolente, mentiroso”, subrayó.
Los dirigentes criticaron también las acciones de las fuerzas del orden en la protesta de este jueves, cuando actuaron para impedir que la ciudadanía expusiera sus demandas.
“La ciudad de Quito fue sitiada para evitar nuestra manifestación para evidenciar el descontento frente a un Gobierno incapaz, indolente y que representa a los grandes grupos económicos”, señaló el líder del Frente Popular, Nelson Erazo.
Respecto a la represión contra los participantes en la movilización, Villavicencio criticó el uso de recursos estatales con ese fin, porque “no hay dinero para educación, salud ni para generar empleo, pero sí para comprar bombas lacrimógenas y reprimir a los ecuatorianos”.
El presidente del FUT indicó que la próxima semana se reunirán para preparar nuevas acciones de protesta junto a otros movimientos y colectivos sociales.
La manifestación de este 21 de noviembre contra las políticas de Noboa terminaron con una decena de detenidos y reportes de agresiones contra manifestantes, mientras el Gobierno rechazó hoy los “actos violentos y vandálicos”.
Movimientos sociales, como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), y la Fundación de Asesoría Regional en Derechos Humanos (Inredh) denunciaron la represión hacia los asistentes a la protesta y la detención de activistas.
«Nos solidarizamos con Inredh y denunciamos la criminalización de la protesta social, exigimos la inmediata liberación de los detenidos y responsabilizamos al Gobierno de Daniel Noboa por cualquier daño a su integridad física y derechos», advirtió la Conaie.
Esta es la segunda manifestación que en las últimas dos semanas pide la salida del presidente Noboa, a quien los asistentes acusan de agudizar, en apenas un año de mandato, la crisis económica y social del país, con inseguridad, cortes eléctricos y aumento del desempleo.
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