De acuerdo con el mandatario, la repercusión de las apreciaciones de las calificadoras deviene igualmente en uno de los factores que atentan contra la obtención de más fondos que puedan ser destinados para la implementación del Acuerdo Final de Paz de 2016.
“Hemos acelerado hasta donde podemos, pero nos coincide el acorralamiento financiero, predeterminado. Por ejemplo, JP Morgan busca bajar nuestra calificación a como dé lugar y lo castigan por mi posición frente a Palestina. (…) es una forma de hacer trizas el Acuerdo de Paz”, dijo en referencia al banco más grande Estados Unidos.
Así se expresó el mandatario en el acto central de conmemoración por el octavo aniversario de la firma del Acuerdo de Paz alcanzado entre las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias-Ejército del Pueblo y el Gobierno.
Con respecto a la ejecución de los puntos del pacto, el jefe de Estado aseguró que el vaso está a medio llenar y que en cuestiones como la reforma agraria solo se ha entregado un 10 por ciento de la tierra prometida a los campesinos víctimas de la violencia.
“El anterior Gobierno no quiso hacer una reforma agraria y nosotros estamos empeñados en hacerla, con una enorme oposición. Se deja claro que se deben cambiar las normas que obstaculizan la reforma», señaló.
«No hay voluntad de hacer reforma agraria; no se va a alcanzar el objetivo si el Congreso no aprueba normas que faciliten los traslados de tierra”, manifestó.
Anunció además la intención de su gobierno de alcanzar las 600 mil hectáreas de tierra cedidas a los agricultores, y así aumentar las Zonas de Reserva Campesina.
Petro remarcó que el Acuerdo de Paz de 2016 es una declaración unilateral del Estado colombiano, por lo que “su texto es de obligatorio cumplimiento, y ni el máximo tribunal de justicia de Colombia puede variarlo, porque esa es la filosofía vinculante de las declaraciones unilaterales de Estado”.
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