«En cuanto a la reacción a nuestra respuesta, creo que Zelenski se asustó. Comenzó a acusar a sus propietarios de haberlo dejado desarmado ante tal acción por parte de Rusia. Probablemente este sea un resultado útil», dijo el titular de exteriores este viernes en una rueda de prensa.
La víspera, el presidente ruso, Vladimir Putin, confirmó que Ucrania había atacado los días 19 y 21 de noviembre instalaciones en las provincias rusas de Kursk y Briansk, utilizando misiles estadounidenses Atacms y británicos Storm Shadow, ambos de largo alcance.
El ataque con misiles Storm Shadow en la provincia de Kursk causó muertos y heridos en un puesto de mando del grupo de tropas Norte.
El mandatario denunció que el conflicto regional en Ucrania, provocado anteriormente por Occidente, adquirió «elementos de carácter global» con estos ataques, entre otras cosas porque es imposible utilizar armas de largo alcance contra territorio ruso sin especialistas de los países fabricantes de este tipo de armamento.
En respuesta al uso de armas estadounidenses y británicas, el 21 de noviembre Rusia lanzó un ataque combinado contra una instalación del sector militar ucraniano, probando un nuevo misil balístico de alcance intermedio, Oreshnik, en configuración hipersónica sin armas nucleares.
En su alocución televisada, Putin advirtió que Rusia decidirá sobre un mayor despliegue de misiles de mediano y corto alcance, y fijará los blancos a destruir durante los ensayos adicionales de esas armas «en función de las acciones de Estados Unidos y sus satélites».
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