Dramaturgos, actores y estudiosos del arte recibieron sendos homenajes en la Sala de Convenciones Santa Cecilia de una ciudad que acoge uno de los más importantes eventos del teatro en el país.
Entre los reconocidos sobresale la figura de Luis Enrique Amador Quiñones, uno de los referentes de los últimos años del humor y el teatro cubano en general, quien se refirió a los procesos formativos y las oportunidades que brinda el Festival de Camagüey.
“Nosotros creemos que no puede existir Camagüey solo en el Festival de Teatro. O sea, el Festival tiene que ser de alguna manera una vitrina, tiene que ser un espacio de socialización de diferentes procesos que también desde el punto de vista formativo tribute al teatro cubano”, valoró.
Acerca del propio crecimiento de la Universidad de las Artes en la capital de Cuba y sus filiales en provincia también argumentó.
«La Comisión Nacional de Carreras debe tener personas de todo el país, porque las maneras y las realidades de Camagüey no se parecen a las realidades y las maneras de Villa Clara, creo que es importante que haya una representatividad de toda la nación”.
“El intercambio no es solo en el momento que se hace el Festival, sino que vienen, por ejemplo, vamos a hacer residencias con estudiantes nuestros que van a venir de La Habana, van a estar aquí 15 días, y van a venir profesores con diferentes poéticas, diferentes maneras de ver el teatro y que van a estar tributando también a esos procesos formativos.”
Quiñones se refirió además a lo provechoso de estos eventos y procesos que también podrían extenderse a las maneras de hacer cine.
Las dinámicas del Festival de Teatro de Camagüey proveen a dramaturgos, profesores y artistas cubanos en general de un enfoque más integral y sistemático para vincular este importante evento de las artes de las tablas con la formación académica y la evaluación del desempeño de los estudiantes de las instituciones de la enseñanza artística en Cuba.
En la propia jornada del Festival que cerrará sus puertas el día 24, se reconoció la labor trascendental para el teatro antillano de René Fernández y Maribel López, a quienes está dedicada la actual edición.
arc/fam