“El Comité acordó que reducir el nivel de restricción de la política sigue siendo coherente con el logro de la meta de inflación”, señaló en un comunicado el gobernador del Banco de la Reserva de Sudáfrica, Lesetja Kganyago, quien advirtió que las perspectivas de riesgo, sin embargo, requieren un enfoque cauteloso.
“Las tasas de interés globales podrían volver a subir, y la reciente depreciación del rand demuestra cuán rápidamente los cambios en el entorno global pueden afectar a Sudáfrica”, remarcó.
Kganyago refirió que la inflación general cayó hasta el 2,8 por ciento en octubre, con los precios de los bienes experimentando una caída mayor que los servicios, “lo que refleja principalmente los beneficios de un tipo de cambio más fuerte y un precio del petróleo más bajo, en relación con el año pasado”.
En el índice de precios al consumidor de octubre, la inflación de bienes fue del 1,4 por ciento y la de servicios del 4,4 por ciento, precisó el comunicado, donde refirieron además que es probable que estos shocks de oferta temporales mantengan la inflación por debajo del cuatro por ciento hasta mediados de 2025.
“En el corto plazo, la inflación parece estar bien contenida. Sin embargo, las perspectivas a mediano plazo son muy inciertas, con importantes riesgos al alza. Estos incluyen precios más altos para los alimentos, la electricidad y el agua, así como primas de seguros y acuerdos salariales”, alertó.
El comunicado destacó que el país consolida una recuperación del crecimiento, después de un débil desempeño económico durante 2023 y el primer semestre de 2024, y señaló que se espera que en el corto plazo el producto interno bruto se beneficie de varios factores favorables, como una menor inflación.
Las proyecciones del crecimiento para 2024 se mantienen en el 1,1 por ciento, de acuerdo con el organismo, mientras que para el 2025 se prevé el 1,7 (frente al 1,6) y en 2026 el 1,8 por ciento.
No obstante, es posible que el crecimiento a corto plazo pueda ser menor que las proyecciones actuales, en tanto a partir del próximo año el crecimiento podría ser mayor, dadas las reformas en curso que incluyen cambios estructurales en sectores como la electricidad y el transporte.
“El pronóstico prevé que las tasas se flexibilicen aún más en el futuro, estabilizándose un poco por encima del 7,0 por ciento”, refirió el Comité de Política Monetaria, que remarcó el entorno externo desafiante y su impacto en el escenario nacional.
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