Esta semana Trump continuó con sus nominaciones, pero entre las principales estuvieron
la que hizo la víspera el multimillonario Scott Bessent como candidato a secretario del Departamento del Tesoro, un puesto clave en el gabinete.
Bessent, de 62 años, fue el asesor de Trump sobre política económica durante su campaña electoral y es el fundador del fondo de cobertura Key Square Capital Management, pero antes fue director de inversiones en Soros Fund Management del megadonante demócrata George Soros.
De ser confirmado por el Senado tendrá que ponerse a prueba de inmediato porque enfrentará la presión para abordar el límite de la deuda federal.
En esta ronda de designaciones también están Scott Turner para dirigir el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano; Marty Makary para la Administración de Alimentos y Medicamentos; y el excongresista Dave Weldon será el director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
Trump nominó a la doctora Janette Nesheiwat como directora general de salud; a la representante Lori Chavez-DeRemer como secretaria de Trabajo y anunció que el coautor del controvertido y conservador Proyecto 2025 Russell Vought dirigirá la oficina de presupuesto.
El jueves el presidente electo dio a conocer su nueva propuesta para fiscal general luego de la renuncia de Matt Gaetz a la nominación, convencido de que no lograría los votos en la Cámara Alta para su confirmación.
El mismo día en que el exrepresentante Gaetz, de Florida, se retiró de la consideración para el cargo Trump anunció que la exfiscal general del propio estado Pam Bondi será la nueva propuesta.
Bondi, de 59 años, ha permanecido en el círculo íntimo del exmandatario y futuro Presidente 47 durante años y siguió asesorándolo en asuntos legales e incluso fue una de las abogadas que lo defendió en su primer juicio político en el Senado.
La eventual fiscal general defendió públicamente la «gran mentira» impulsada por Trump en 2020 de que ganó de forma legítima el estado en disputa de Pensilvania, que entonces respaldó al demócrata Joe Biden.
Gaetz estuvo bajo escrutinio desde el mismo momento de la polémica decisión de Trump en medio de acusaciones de mala conducta sexual entre ellas por relaciones amorosas con menores de edad.
De acuerdo fuentes consultadas por ABC News, el equipo de Trump tenía claro que Gaetz no iba a tener suficientes votos para pasar en el Senado. «No hay camino a 50» senadores, admitieron, en referencia a la cifra que necesitaba el político de Florida para su confirmación.
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