Por Boris Luis Cabrera
Mondo, como le conocen familiares y amigos, consolidó durante el año 2024 su estatus como el mejor de este deporte en la historia, logrando hazañas que han asombrado al mundo del atletismo.
En marzo, durante el Campeonato Mundial de Atletismo en Pista Cubierta en Glasgow, conquistó el oro con un salto de 6,05 metros, reafirmando su dominio bajo techo.
Sin embargo, fue en los Juegos Olímpicos de París donde su leyenda alcanzó nuevas alturas, en una noche que quedará grabada en los anales del deporte, donde no solo defendió su título olímpico, sino que elevó el listón a 6,25 metros, estableciendo un nuevo récord mundial.
Este logro no solo lo consagró como el primer saltador con pértiga en revalidar un oro olímpico desde Bob Richards en la década de 1950, sino que también lo situó en una esfera donde la excelencia se convierte en rutina.
Unos días después, en el marco de la Liga de Diamante en Silesia, el fenómeno sueco superó su propio registro del orbe con un salto de 6,26 metros, marcando su décima plusmarca en cuatro años.
En septiembre, participó en una carrera de exhibición de 100 metros contra el campeón mundial de 400 metros con vallas, Karsten Warholm y ganó con un tiempo personal de 10.37 segundos, demostrando su versatilidad y velocidad.
Posteriormente, en la final de la Liga de Diamante en Bruselas, obtuvo su cuarto trofeo consecutivo al ganar con un salto de 6,11 metros, estableciendo una nueva marca para la reunión.
Su capacidad para superar sus propios límites, una y otra vez, refleja una búsqueda constante de la perfección y una danza entre el hombre y la gravedad que desafía las leyes de la física.
Más allá de las marcas y las medallas, Duplantis encarna la esencia del atleta que no se conforma y que ve en cada centímetro adicional una oportunidad para reinventarse y demostrar que el cielo no es el límite, sino solo el comienzo.
Su consistencia es notable al superar la marca de seis metros en más ocasiones que cualquier otro atleta en la historia y posee las diez alturas más altas registradas.
Durante su carrera, el joven de 25 años, ha obtenido también tres medallas en los campeonatos mundiales de atletismo entre 2019 y 2023, dos de ellas doradas, y subió a lo más alto del podio en las versiones bajo techo de 2022 y 2024.
Una técnica impecable, combinada con una velocidad y fuerza excepcionales, lo han convertido en el referente indiscutible de su disciplina, donde cada salto es una poesía en movimiento, una oda a la superación y al espíritu humano.
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