La Gobernación de Jerusalén alertó en un comunicado que un total de 62 mil 697 judíos ingresaron al recinto sagrado desde el comienzo del actual ciclo de violencia.
Destacó en ese periodo al menos 80 palestinos murieron, 279 resultaron heridos y mil 971 fueron arrestados por las fuerzas de seguridad israelíes en Jerusalén.
Venerado por cristianos, musulmanes y judíos, el lugar forma parte de la ciudad vieja, ubicada en la parte oriental de la metrópoli, ocupada por el ejército de Israel durante la guerra de 1967.
Los musulmanes, y en especial los palestinos, afirman que la visita de los israelíes es una provocación y un intento de judaizar el complejo, así como del resto de la zona oriental.
Según los acuerdos alcanzados hace décadas, a los judíos solo se les permite visitar el sitio con numerosas condiciones, pero no rezar.
Sin embargo, bajo la creciente presión de los sectores de la derecha y ultraortodoxos, aumentó el número de fieles de esa religión que intentan orar allí.
Esa comunidad realiza sus plegarias en el muro occidental, conocido como Muro de los Lamentos o de las Lamentaciones, que constituye una barrera exterior de la explanada y representa el único vestigio el segundo templo bíblico, construido por el rey Herodes.
Ante el aumento masivo en el número de visitantes y la lenta expansión de la oración judía en el sitio, las autoridades musulmanas y palestinas denuncian que Israel intenta cambiar el statu quo.
Precisamente, la pasada semana la Cancillería palestina acusó al vecino país de ejecutar una limpieza étnica en la zona ocupada de Jerusalén Este como parte de su estrategia de judaización de la ciudad.
En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados afirmó que el objetivo es “el desplazamiento forzado y limpieza étnica de la presencia palestina en la Jerusalén ocupada, para perpetuar su judaización y anexión”.
El ejército israelí ocupó la zona oriental de la metrópoli en 1967, y desde entonces mantiene bajo su control el territorio pese a varias resoluciones sobre el tema del Consejo de Seguridad.
De hecho, en 1980 las autoridades del país declararon a toda la urbe como su capital eterna e indivisible, una postura rechazada por la comunidad internacional.
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