Interrogado sobre la decisión de la Casa Blanca de renovar la orden ejecutiva que considera al país centroamericano una amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad nacional y política exterior, el político venezolano señaló que Washington tiene razones.
En tal sentido destacó que esa nación centroamericana “les propinó una gran derrota como también lo hizo Cuba y Venezuela, y por eso nos llaman el eje del mal”.
Cabello señaló que Estados Unidos y su política imperial se ensaña contra pueblos y países, y con esa decisión enaltecen a Nicaragua como con nosotros porque “nos ven como un peligro para lo que ellos proponen”.
Significó que somos una puerta abierta para la paz, la esperanza y tranquilidad para un mundo mejor.
El dirigente del PSUV comentó que lo vivido por Nicaragua, Venezuela y Cuba “lo pueden contar los venezolanos, nicaragüenses y cubanos, a quienes en el mundo admiran por ver lo que estos pueblos han hecho para enfrentar al imperialismo”.
Apuntó que por eso Venezuela cuando celebra el Congreso Antifascista vienen cientos de delegados como ocurrió recientemente con la presencia en Caracas de más de 500 jóvenes de todos los continentes.
El ministro para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz preguntó “quién dirige al fascismo en el mundo y está detrás de Israel y de Ucrania: Estados Unidos”, apostilló.
Lo que digan de nosotros los estadounidenses “nos da mucha fuerza”, aseguró.
En tal sentido expresó su solidaridad al pueblo nicaragüense porque sabe “Nicaragua, el presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo que nuestra solidaridad siempre va más allá de la palabra”.
Cabello remarcó que “Ortega es de esos compañeros en la vida que tienen una sola cara, su posición siempre ha sido firme y le ha tocado gobernar un pueblo que es uno de los más felices del mundo”.
El Ministerio para las Relaciones Exteriores de la República Bolivariana expresó este lunes su solidaridad con el pueblo y gobierno de Nicaragua al rechazar la renovación de lo que calificó infame orden ejecutiva.
Afirmó que con esa decisión, Estados Unidos muestra una vez más su desprecio por el derecho internacional y su insaciable sed de desestabilizar a gobiernos que defienden su soberanía y su dignidad.
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