“A pesar de los enormes progresos en la respuesta al VIH, las violaciones de los derechos humanos siguen impidiendo que el mundo acabe con el sida”, afirmó la directora ejecutiva del Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida), Winnie Byanyima.
Entre los aspectos que impiden a las personas acceder a los servicios relacionados con el VIH, esenciales para salvar sus vidas y acabar con la pandemia, mencionó la falta de acceso de las niñas a la educación, la impunidad para la violencia de género, y el hecho de que pueden ser detenidas por lo que son o por lo que aman.
Según el informe, de los 39,9 millones de personas que viven con el VIH, 9,3 millones aún no tienen acceso a un tratamiento que podría salvarles la vida.
El año pasado, 630 mil individuos murieron de enfermedades relacionadas con el sida, y 1,3 millones en todo el mundo contrajeron el VIH.
Mostró que en al menos 28 países, el número de nuevas infecciones por VIH va en aumento.
Cada día de 2023, 570 mujeres jóvenes y niñas de entre 15 y 24 años contrajeron el VIH, mientras en unos 22 países de África oriental y meridional, las comprendidas en este grupo de edad tienen tres veces más probabilidades de vivir con esta enfermedad que sus compañeros varones.
El documento resaltó que la criminalización y estigmatización de las comunidades marginadas continúa obstruyendo el acceso a servicios adecuados, y en este contexto se evidenció que en el pasado año 63 países siguen penalizando las relaciones entre personas del mismo sexo.
Onusida subrayó que, aún cuando la ciencia ha avanzado, no llega a todas partes.
Los medicamentos de acción prolongada que sólo necesitan inyectarse un par de veces al año podrían inclinar la balanza, pero sólo si se comparte la tecnología que permita bajar los precios y posibilitar la producción en todas las partes del mundo, precisaron los expertos.
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