En la tarde del 25 de noviembre último un grupo de compañeros de los círculos de la Anaic de Turín y de la Val di Susa, ascendieron a la cima del Pico Fidel, en los Alpes, donde se celebró un acto en recordación del inolvidable Comandante en jefe de la Revolución cubana, señaló Marco Papacci, presidente de esa organización.
En ese punto del Monte Arpone, en las alturas alpinas de Colle del Lys, a mil 600 metros metros sobre el nivel del mar, fue colocada una ofrenda floral, una bandera cubana y un mensaje junto a una escultura en memoria de Fidel, ubicada en ese sitio desde el 25 de noviembre de 2017, en el primer aniversario de su fallecimiento.
La obra, del artista del país caribeño Yanel Hernández, fue confeccionada con madera dura del árbol caguairán, símbolo de la tenacidad y resistencia, y lleva inscrita en grandes letras el nombre del “más grande estadista del siglo XX”, según expresó Papacci en declaraciones a Prensa latina.
El presidente de la Anaic apuntó que, a lo largo de toda Italia, se organizaron diversas actividades en memoria de Fidel, y entre las acciones desarrolladas se destacó en particular la transmisión conmemorativa a las 20:00 hora local del lunes último, por el canal ItaliaxCuba, en YouTube, de un programa donde se le rindió tributo.
El mismo comienza con imágenes de la visita realizada por el líder cubano a Roma, en noviembre de 1996, donde participaron a su lado muchos italianos integrantes del movimiento de solidaridad con la isla, entre ellos Papacci, quien narró esos “momentos inolvidables” con profunda emoción.
“En 2016 participé en los funerales, y allí junto al pueblo cubano grité en el acto efectuado en la Plaza de la Revolución ¡Yo soy Fidel!, manifestó el dirigente nacional de la Anaic.
También expresaron sus vivencias y criterios otros miembros de esa organización, entre ellos los expresidentes de la misma, Sergio Marinoni e Irma Dioli, así como Walter Persello, actual integrante del secretariado nacional.
Además intervinieron Pino Scarlello, Rocco Sproviero, Indira Pineda y Alma Masó, de los círculos de la asociación en Calabria, Turín, Nápoles y Trieste, respectivamente, así como la joven Elena Doncio, de esa última ciudad, en nombre de las nuevas generaciones.
Marinoni manifestó que gracias al ejemplo de Fidel, la Revolución cubana sigue resistiendo y existiendo, a la vez que resaltó la fuerza del pensamiento de quien “compartió su suerte con los pobres de la tierra”.
Dioli lo calificó como “un héroe, un mito, fuente de inspiración para quienes luchan por defender a los pueblos, figura legendaria, icónica, gran político e intelectual, quien siempre apoyó la paz y el internacionalismo”, cuya vida fue “ejemplar, al servicio de Cuba y de la humanidad”.
Persello, por su parte, expresó que Fidel fue “un hombre que marcó la historia, con su sabiduría, quien proyectándose hacia el futuro supo dejar una huella imborrable”.
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