Según el informe de S&P, la principal causa de la rebaja de la calificación es la situación fiscal que enfrenta la nación canalera, mientras que las perspectivas reflejan sus expectativas de estabilidad política, continuidad en estrategias económicas clave y una reducción gradual del déficit de las administraciones públicas.
A pesar de estos resultados, el ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman, aseguró en conferencia de prensa que “Panamá todavía mantiene la calificación de grado de inversión al igual que en la otra calificadora (Moody’s)”.
Precisó que el país es evaluado por tres calificadoras de riesgo Fitch, S&P y Moody’s. Y, a finales de marzo, Fitch tomó la decisión de reducir la calificación de riesgo de Panamá a “BB+” desde “BBB-”, con perspectiva “estable”, quitándole el grado de inversión.
En ese sentido, aseveró que era de esperarse que una decisión similar iba a ser tomada por las otras dos calificadoras, Moody´s y S&P.
Anticipamos que el nuevo gobierno implementará medidas fiscales para estabilizar la deuda soberana y la carga de intereses. Además, la economía diversificada de Panamá y sus políticas de crecimiento deberían sostener un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) superior al promedio de sus pares”, expresa el informe sobre Panamá de la calificadora.
Además indica que la deuda neta del gobierno general alcanzará el 49 por ciento el PIB y los pagos de intereses consumirán el 19 por ciento de los ingresos del gobierno general debido a ingresos débiles y una creciente carga de deuda.
En cuanto a la reforma de pensiones, en medio de debates en la Asamblea nacional (parlamento) y cuestionamientos de la sociedad , advierten que es un desafío clave para la nueva administración.
La agencia proyecta que la economía de Panamá crezca tres por ciento en 2024 y 4.1 por ciento entre 2025 y 2027, aunque sectores como la construcción privada seguirán siendo débiles.
También expresa que podrían rebajar la calificación en los próximos 12 a 24 meses si los retrocesos en las políticas impiden la reducción de los déficits fiscales, lo que resultaría en un aumento más rápido de lo esperado, de la deuda.
Un escenario más optimista apunta a que podría S&P elevar la calificación en los próximos 12 a 24 meses si el perfil externo de Panamá se fortalece o si su desempeño fiscal mejora más allá las expectativas, lo cual podría lograrse mediante controles de gastos y un fortalecimiento de los ingresos.
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