Pocas horas antes de la entrada en vigor del acuerdo de alto al fuego en la nación de los cedros, el Ministerio de Salud Pública confirmó que, desde octubre del 2023, los ataques de Tel Aviv dejaron tres mil 823 muertos y 15 mil 859 heridos.
La Resistencia Libanesa (Hizbullah) se ha mantenido firme a pesar la avanzada y sofisticada maquinaria de guerra israelí, y logró abatir a más de 110 soldados y oficiales, mientras al menos mil 100 fueron lesionados.
También destruyó 48 tanques Merkava, 9 topadoras militares, dos blindados Hummer, dos vehículos blindados y dos vehículos de transporte de personal, y derribó seis drones Hormuz 450, dos drones Hormuz 900 y un cuadricóptero.
En Gaza, el territorio más afectado por el genocidio israelí, las pérdidas humanas son sin precedentes, y entre los casi 45 mil muertos hay 17 mil 289 niños, mientras 171 bebés nacieron y murieron durante la agresión.
Asimismo, 11 mil 815 mujeres, mil 47 del personal médico murieron, mientras 37 palestinos perecieron como resultado de la hambruna, que se ha convertido en arma usado por el régimen israelí.
En este enclave costero, hay tres mil 500 niños que corren riesgo de muerte por desnutrición y escasez de alimentos, 12 mil 500 pacientes de cáncer que enfrentan la muerte y necesitan tratamiento y 71 mil 338 casos de infecciones hepáticas epidémicas.
En el mismo contexto, un millón 738 mil personas enfermas debido al desplazamiento, y 350 mil pacientes crónicos que están en riesgo porque el ocupante impide la entrada de medicamentos.
Por otro lado, los militares sionistas destruyeron completamente 128 escuelas y universidades, 814 mezquitas, 3 iglesias 150 mil viviendas, y 100 mil tiendas de campaña quedaron desgastadas y son inútiles para los desplazados.
En cuanto a Siria, Tel Aviv intensificó sus acciones militares contra esta nación árabe que enfrenta una guerra desde 2011.
Los ataques durante casi 14 meses superaron los 150 y ocasionaron al menos 200 muertos y grandes daños materiales.
El más reciente ataque dejó destruidos todos los cruces fronterizos con el Líbano y los puentes en el río Oronte, además de matar a un trabajador humanitario y herir a tres paramédicos.
El más mortífero ataque fue el día 17 de noviembre, cuando al menos 90 personas perdieron la vida por ataques aéreos israelíes contra la ciudad de Palmira, en el desierto sirio.
Varios de los ataques israelíes fueron perpetrados por cazas sionistas desde el espacio aéreo de algunas zonas sirias ocupadas por Estados Unidos, mientras algunos de los bombardeos coincidieron con ofensivas terroristas en tierra, lo que confirma la denuncia de Damasco de que hay coordinación entre Israel y los radicales.
Todo esto ocurre en medio de una incapacidad de detener estos crímenes debido al paraguas de impunidad que ofrece Estados Unidos a su aliado sionista para que su maquinaria de guerra siga matando a más vidas humanas inocentes.
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