En una entrevista televisiva, Cruz, parte de la minoría progresista del Legislativo, expuso así su punto de vista sobre la censura a Rómulo Mucho ayer, cuando se descartó la misma medida para el titular de Desarrollo e Inclusión Social, Julio Demartini.
“Al chico bonito hay que perdonarlo y al indio hay que sancionarlo”, dijo.
Mucho es un empresario minero indígena censurado por el fracaso de un plan de legalización de mineros informales, que mantienen una larga protesta, y recientemente perdió el respaldo de partidos conservadores por nombrar a un presidente de la petrolera estatal que no es del agrado de sectores neoliberales.
Demartini, por su parte, pertenece a la alta burocracia limeña, y no fue censurado pese a que se ha declarado responsable político, aunque no culpable, del suministro a escuelas pobres, de carne de caballo, vísceras de res para perros y alimentos contaminados.
“Al chico bonito hay que perdonarlo y al indio hay que sancionarlo. El país es así”, agregó Cruz, quien dijo que no votó contra Mucho porque igual que él nació en la región surandina de Puno, una de las de mayor población indígena, y sí apoyó la censura de Demartini.
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