Se trata del gen de la sacarasa-isomaltasa (SI), que ocasiona una menor ingesta y preferencia por la sacarosa en la dieta, una tendencia que se desarrolla rápidamente y está vinculada a la incapacidad para regular las hormonas del apetito, explican los autores.
Confirmaron en su investigación que en amplias cohortes poblacionales las personas con defectos genéticos en la digestión de la sacarosa consumen menos pasteles, pastelería, caramelos y chocolate, y prefieren menos los alimentos a medida que aumenta su contenido en esta sustancia.
El trabajo, dirigido por Peter Aldiss, investigador en la Universidad de Nottingham (Reino Unido), y con la participación de expertos del Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias (CIC bioGUNE), proporciona nuevos conocimientos genéticos sobre las preferencias dietéticas y abre la posibilidad de dirigir la acción hacia el gen SI para reducir selectivamente la ingesta de sacarosa en la población, explica el sitio digital Sinc.
Las calorías en exceso del azúcar son un factor comprobado que contribuye a la obesidad y a la diabetes tipo 2. La variación genética en nuestra capacidad para digerir sacarosa puede impactar no solo la cantidad que comemos, sino también en cuánto nos gustan los alimentos azucarados, abriendo así la posibilidad de dirigir la acción hacia el gen SI para reducir selectivamente el consumo de sacarosa, afirma Aldiss.
Para llevar adelante el estudio, el grupo de especialistas analizó las conductas alimenticias en ratones sin el gen SI, experimentando una rápida disminución en la ingesta y una inclinación hacia la sacarosa.
Esto fue corroborado en dos grandes grupos poblacionales que incluyeron a seis mil personas en Groenlandia y a 134 mil 766 en el Biobanco de Reino Unido.
El equipo adoptó un enfoque nutrigenético para comprender cómo la variación genética en el gen SI impacta la ingesta y preferencia por la sacarosa en humanos.
A juicio de los científicos, comprender cómo actúan los defectos en el gen SI facilitará el desarrollo de nuevas terapias para reducir el consumo de estos alimentos, para reducir la ingesta y la preferencia por la sacarosa en la dieta facilitará el desarrollo de nuevas terapias para reducir el consumo de sacarosa en la sociedad y mejorar la salud digestiva y metabólica.
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