Para matizar la decisión interpretada aquí como una muestra de debilidad, en particular ante la extrema derecha, el mandatario celebró en declaraciones al diario Le Figaro que la medida bajará un 14 por ciento el precio de la electricidad.
Asimismo, adelantó su intención de reformar a la baja la Ayuda Médica del Estado (AME) a los indocumentados.
Barnier y su gabinete caminan por la cuerda floja, amenazados desde el bloque de la izquierda Nuevo Frente Popular y del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) con una moción en la Asamblea Nacional que los haría caer.
RN es considerada la fuerza opositora que tiene en sus manos el futuro del actual gobierno, ya que sus votos en el hemiciclo, sumados con los de la izquierda, son más que suficientes para la adopción de la censura.
El coordinador de La Francia Insumisa, Manuel Bompard, acusó al primer ministro de complacer a la extrema derecha para evitar la moción, por lo que afirmó que su postura es de deshonor, sin que ello lo salve de la censura.
También el diputado socialista Jerome Guedj criticó a Barnier, al asumir que está a merced de RN.
El partido de extrema derecha advirtió que ni el retiro del impuesto de electricidad ni la reforma de la AME son suficientes, insistiendo en sus líneas rojas para un presupuesto 2025 marcado por la austeridad como vía para tratar de sanear las finanzas públicas.
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