En declaraciones al diario Le Monde, la líder de esa organización, Marine Le Pen, demandó a Barnier cumplir con las líneas rojas fijadas por RN, que en los últimos días ha amenazado con respaldar en la Asamblea Nacional una moción de censura que haría caer al gobierno, iniciativa que ya cuenta con el apoyo de la izquierda.
El partido de extrema derecha situado en las preferencias de los franceses en recientes elecciones, en las europeas de junio y en las legislativas de julio, aspira a continuar sumando seguidores esgrimiendo la defensa del bolsillo de los franceses.
Ante las presiones de RN, Barnier retiró de su proyecto de presupuesto para el 2025 el aumento del impuesto a la electricidad y anunció para el año próximo otra medida que satisface a la extrema derecha, la reforma de la Ayuda Médica del Estado a los indocumentados.
Le Pen y otras figuras de la organización reaccionaron de que son pasos insuficientes.
Entre las líneas rojas de RN están además la revalorización de las pensiones y la cancelación de la eliminación de reembolsos de medicamentos, cuestiones incluidas en el presupuesto.
Desde la izquierda abundan las reacciones acusando al primer ministro de estar a merced de la extrema derecha.
Para el coordinador de La Francia Insumisa, Manuel Bompard, los anuncios de Barnier lo sumen en el deshonor, sin poder evadir la censura.
Por su parte, el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, estimó que el primer ministro da la espalda al Frente Republicano que evitó en la segunda vuelta de las legislativas la llegada al poder de la extrema derecha, tendiéndole ahora la mano.
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