“(…) A lo largo de su trayectoria, ha demostrado que no solo defiende los cielos, sino también desempeña un rol esencial en la asistencia humanitaria, lucha contra la crisis climática y la integración territorial”, afirmó el jefe de Estado en un discurso.
Significó que, desde el 12 de octubre de 1923, cuando se fundó la Escuela de Aviación en el Nido de Cóndores, en Cochabamba, la FAB creció y evolucionó constantemente para adaptarse a los retos de cada época.
Recordó que este cuerpo armado, en sus inicios, tenía recursos limitados, pero contaba con un “espíritu indomable” con el que levantaron los primeros cimientos de la aviación militar boliviana.
“Aquellos primeros aviadores, a pesar de las adversidades, escribieron los capítulos iniciales de una historia que hoy recordamos con mucho orgullo. Las aeronaves de la FAB han cruzado nuestras cordilleras, altiplanos y llanos, llevando esperanza y apoyo a las regiones más alejadas del país (…)”, dijo.
Refirió las operaciones militares ejecutadas para la evacuación médica y el transporte de alimentos, el combate contra incendios forestales y hasta la atención de deseches naturales.
“Además de su labor humanista, la FAB ha jugado un papel crucial en la integración territorial, permitiendo que comunidades distantes y, a menudo olvidadas, se conecten con el resto del país”, subrayó.
Opinó Arce que en un mundo en constante transformación, la FAB no puede quedar rezagada, y expresó que este aniversario 101 constituye una reafirmación del compromiso gubernamental de seguir fortaleciendo esta institución con tecnología avanzada, equipamiento moderno y herramientas necesarias para responder eficientemente a los retos del siglo XXI.
Durante la parada protocolar, se realizó un reconocimiento a los oficiales y se efectuó el acto de graduación de cadetes y alumnos de los institutos militares de la FAB.
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