Esos cálculos se basan en análisis realizados en la conferencia Energy Tech, que sesionó la víspera en la norteña ciudad italiana de Milán, donde se evaluaron los escenarios que prevé la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la cual espera un crecimiento del mercado mundial de tecnologías limpias.
En el caso de Italia, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) indica que se deben alcanzar los 131 gigavatios (GW) en 2030, con un compromiso de unos ocho GW anuales, aunque el año pasado solo se alcanzaron 5,8, mientras este año, hasta octubre, solo se lograron alrededor de seis, según datos oficiales.
Jordi Francesch, director de gestión de activos de la compañía estadounidense Nuveen Clean Energy Infrastructure, señaló en el evento que “las inversiones que llegan a Italia son plausibles porque los fundamentos económicos del país siguen siendo interesantes” ya que en Italia son altos los precios de la electricidad.
Mientras en España y Francia dichos precios oscilan entre los 30 y 60 euros el megavatio-hora (MWh), en Italia se sitúan entre 60 y 90, y este diferencial empuja al mercado a orientarse hacia esta nación, “que por un lado necesita cantidades cada vez mayores de energía, y por otro precios bajos para alcanzar la transición”, señaló.
Francesch valoró en su análisis que “el hidrógeno es imposible para Italia, porque para producirlo necesitaría electricidad a un precio muy bajo, y además faltan compradores”, por lo que “en estas condiciones es imposible desarrollar un mercado”.
Por otra parte, “la energía nuclear es compleja”, y desarrollarla en Italia requerirá mucho tiempo, muchas inversiones y el logro de un consenso que puede tardar décadas, por lo que “es mejor centrarse en las tecnologías que ya tenemos disponibles: solar, baterías, eólica”, agregó el especialista.
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