Actualmente, el 40 por ciento de las tierras del mundo están degradadas, lo cual afecta a la mitad de la humanidad y tiene consecuencias nefastas para el clima, la biodiversidad y los medios de vida de las personas.
Cada año se degradan al menos 100 millones de hectáreas (ha) de tierras productivas y si las tendencias actuales continúan, será necesario restaurar mil 500 millones ha para 2030, con el objetivo de lograr un mundo sin deterioro de sus suelos.
También la desertificación y la sequía impulsan la migración forzada, poniendo en riesgo de desplazamiento a decenas de millones de personas cada año.
Más de 216 millones de personas en seis continentes emigrarán dentro de sus países para 2050, en gran parte debido al cambio climático, según el Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2024, publicado por las Naciones Unidas.
De acuerdo con el reporte, las sequías han aumentado un 29 por ciento desde el año 2000 debido a la variabilidad de las precipitaciones y la gestión insostenible de la tierra.
Además, tres mil 200 millones de personas están afectadas por la desertificación, e igualmente la degradación de la tierra ha provocado pérdidas por valor de 11 billones de dólares.
La deficiencia de precipitaciones y la disminución de las zonas naturales de recarga de aguas subterráneas, como estanques, lagos y tanques, provocan una reducción del agua subterránea, que es la principal fuente de riego para la agricultura, lo cual empuja a los agricultores a trasladarse a ciudades cercanas.
Un informe de 2021 del Banco Mundial proyectó que sin una acción tangible sobre el clima y el desarrollo, millones de personas en el norte de África podrían verse obligadas a desplazarse dentro de sus países como resultado del cambio climático.
El secretario ejecutivo de la Cnuld, Ibrahim Thiaw, manifestó en un comunicado su esperanza de que los países avancen hacia un compromiso sobre la implementación concreta de la restauración de tierras después de años de discusiones.
En un año crucial para las negociaciones ambientales, donde ocurrieron importantes conferencias mundiales centradas en la biodiversidad y el cambio climático, la COP16 representa un hito crucial bajo el lema “Nuestra tierra. Nuestro futuro”.
La cita acogerá a representantes de gobiernos, la sociedad civil y expertos para impulsar los esfuerzos internacionales por combatir la degradación de las tierras, la desertificación y la sequía, promoviendo al mismo tiempo el desarrollo sostenible.
Será la mayor conferencia de la ONU sobre tierras y la primera de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en la región de Oriente Medio y el Norte de África.
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