Las hostilidades en regiones como Alepo, Idlib y Hama acumulan víctimas civiles y graves daños a infraestructuras esenciales mientras decenas de miles de personas fueron obligadas a abandonar sus hogares, afirmó a la prensa el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric.
El vocero instó a las partes a proteger a los civiles y los bienes de carácter civil, incluso permitiendo el paso seguro a los civiles que huyen de la violencia, liderada por el grupo terrorista Hayat Tahrir al-Sham y otras facciones armadas.
Asimismo, urgió a un cese al fuego al ratificar el compromiso de la ONU para permanecer y cumplir su cometido de asistir a los civiles atrapados en las hostilidades.
El personal del organismo trabaja para llevar a cabo evaluaciones y ampliar los esfuerzos de respuesta humanitaria lo antes posible, agregó Dujarric.
La declaración fue divulgada poco después de que los grupos afiliados a la organización terrorista Hayat Tahrir al Sham lanzaran una ofensiva a gran escala en las provincias de Alepo e Idlib, por primera vez desde 2016.
Sus miembros tomaron el control de toda la ciudad de Alepo, incluido el aeropuerto internacional y la base aérea de Kuweires, lo que no sucedía desde el estallido del conflicto armado en el país en marzo de 2011.
Desde entonces, las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
Como parte de la ofensiva, una importante estación de agua que abastece al oeste de Alepo permanece inoperativa al tiempo que se reportan daños en la infraestructura sanitaria, incluidos hospitales clave en esas importantes ciudades, dejando a cientos de pacientes sin atención.
De acuerdo con estimaciones de la ONU, desde septiembre más de 500 mil refugiados huyeron del Líbano a Siria.
Este año, al menos 16,7 millones de personas en Siria necesitarán asistencia humanitaria, la cifra más alta desde que comenzó la crisis en 2011.
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