San Salvador, 3 dic (Prensa Latina) La propuesta del presidente Nayib Bukele de reactivar la minería metálica une hoy a los más diversos sectores en El Salvador que esperan se reviertan esos planes.
El presidente del Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (Cesta), Ricardo Navarro, afirmó que de permitirse dejaría a El Salvador destruido, contaminado y sin agua.
“Implementar la minería sería un tiro de gracia, eso de minería verde es puro invento, lo único verde es el color de los dólares, el dinero se lo llevan los dueños de la tecnología y a nosotros lo que nos dejan son malos impuestos”, sostuvo durante la entrevista Diálogo 21.
De corroborarse los estudios geológicos, de que este país posee una de las mayores densidades de depósitos de oro por kilómetro cuadrado a escala mundial, debido a su origen volcánico, los salvadoreños enfrentan la disyuntiva de tener oro o morir de sed, pues las aguas, ya de por sí contaminadas, serían la víctima primaria.
Según el mensaje oficial con apenas un cuatro por ciento de las áreas con potencial minero exploradas, se encontró que existen cerca de 50 millones de onzas de oro, con un valor estimado en más de 131 mil 565 millones de dólares, que equivale a casi cuatro veces el Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
En 2017, la Asamblea Legislativa aprobó la prohibición de la minería en el país, que según diversos análisis, vino a dejar problemas, muerte y contaminación.
Como el oro está metido en rocas y para sacarlo de ahí, hay que bombardear la roca con dinamita, triturarla y echarle veneno, ya sea cianuro, arsénico, plomo, cobre u otros, con un gran gasto de agua, eso contamina lo poco que queda del preciado líquido, según especialistas.
El propio presidente Bukele habló que el plan no es contaminar el cinco por ciento de las aguas que aún son usables sino descontaminar el 95 por ciento que están en mal estado, por lo que muchos se peguntan si no será un camino hacia la muerte.
Según el principal directivo de Cesta para extraer un gramo de oro es necesario entre 1.5 y tres metros cúbicos de agua algo que identifico como una señal de muerte.
Hay un sin número de protestas y análisis que adversan la idea del gobierno, hasta ahora defendida por Bukele y un legislativo dominado y con mayoría absoluta del partido Nuevas Ideas.
Entre otros opositores destacan el Consejo Ancestral de los Comunes de los Territorios Indígenas (Cacti), que llamó al gobierno “a reflexionar profundamente sobre las consecuencias sociales, económicas y medioambientales al autorizar la minería metálica”, según un informe del diario Colatino.
El tema de la explotación minera no solo compete a los intereses del desarrollo económico, sino a la “dignidad y derechos de nuestras comunidades y al futuro de nuestra tierra”, afirmó el consejo.
La extracción de oro en nuestros territorios, aseveró, sin un diálogo ni consulta previa, constituye una violación de nuestros derechos ancestrales reconocidos por convenios internacionales como el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Entre otras voces que se sumaron a la protesta está la de Luis González, integrante de la Mesa Nacional Frente a la Minería Metálica, quien dijo estar preocupado por las últimas declaraciones de Bukele de revertir la Ley de Prohibición de la Minería Metálica.
“Él dice que habrá ganancias netas de billones de dólares y de empleos y que harían una minería responsable, ¿es cierto o no? En ese punto, categóricamente digo: la minería responsable, la minería verde, la minería sustentable es un mero concepto publicitario”, expresó González, en una entrevista exclusiva con el Diario Co Latino.
No son temores infundados lo que levantan una ola de protesta en El Salvador, hay estudios técnicos y científicos que muestran cómo el desarrollo minero va a contaminar el agua, el suelo, la biodiversidad y, por tanto, la salud de la población, señalan las voces opositoras.
La minería no es buena y en cualquier lado que se desarrolle va a causar un impacto en la población, por lo que en el país se desarrollan diversas protestas en contra, desde poblaciones ancestrales y ambientalistas hasta sectores académicos e incluso de la iglesia en el país, aunque, al parecer, el oro valdrá más que la vida y el agua.
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