“Para que un país sea un narcoestado, deben estar contaminadas por el narcotráfico todas sus instituciones y poderes (…) Habrán personas que puedan tener dudas en una parte de nuestro poder Legislativo o en el poder Judicial pero jamás en el Ejecutivo», sostuvo Loffredo.
Así respondió el funcionario a un reciente artículo de la revista británica The Economist, medio que se refirió a la situación en Ecuador bajo el título “Un viaje por el nuevo narcoestado del mundo”. Ese texto señaló que en los últimos 10 años la cocaína transformó esta nación sudamericana, que pasó de ser una de las más estables de Sudamérica, con calles más seguras y niveles de vida más altos que muchos de sus vecinos, a ser el país más peligroso del continente.
Para redactar el artículo y llegar a esas conclusiones, el autor, Alexander Clapp, recorrió varias localidades del territorio nacional, fundamentalmente de la costa: Montecristi (Manabí), Santa Elena, Nueva Prosperina (Guayaquil) o Durán.
En respuesta, el titular de Defensa aseveró que «nadie ha demostrado combatir de frente al narcotráfico como lo ha hecho este Gobierno» y subrayó que «Ecuador jamás será un narcoestado porque los que estamos en esta mesa estamos dispuestos a ofrendar nuestra vida porque eso jamás suceda».
En la misma rueda de prensa donde se pronunció Loffredo, el viceministro del Interior, Lionel Calderón, informó que los homicidios a nivel nacional se han reducido 17 por ciento este año en comparación con 2023.
En cuanto a la cantidad de droga incautada, Calderón precisó que entre el 1 enero y el 1 diciembre del 2024 se decomisó 32 por ciento más con relación al 2023.
No obstante, según las estadísticas oficiales, el número de homicidios hasta finales de noviembre supera los seis mil y persisten delitos como los secuestros y las extorsiones.
El presidente Daniel Noboa renovó hoy el estado de excepción vigente en seis provincias y dos municipios del país por una «grave conmoción interna».
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