En conferencia de prensa virtual desde Damasco, el representante calificó las tensiones como las peores desde 2019, con cientos de víctimas civiles y decenas de miles de personas desplazadas.
El actual contexto provoca además interrupciones en servicios esenciales de las operaciones humanitarias junto a otras preocupaciones relacionadas con la salud pública como la presencia de cuerpos insepultos y la falta de agua potable durante días, agregó.
A la par, la respuesta humanitaria a Siria se enfrenta al mayor déficit de financiación de la historia, con menos del 30 por ciento de los cuatro mil 100 millones de llamamiento humanitario para el actual año recibidos hasta la fecha.
«Las necesidades prioritarias en este momento incluyen la salud alimentaria, los servicios de protección del agua junto a artículos no alimentarios, ya que se acerca el invierno y estamos luchando por brindar toda la asistencia que podamos, dados los recursos limitados y el acceso limitado», precisó Abdelmoula.
En la zona noreste del país, la ONU y sus socios proporcionan alimentos, artículos de invierno, servicios de protección y lavado de emergencia y otro tipo de asistencia a través de los centros de recepción que acogen a las familias recién desplazadas, precisó.
De acuerdo con el funcionario, hasta el 2 de diciembre, más de dos mil 600 personas, principalmente mujeres y niños, buscaron refugio en doce centros de acogida con 15 ONG asociadas que mantienen una respuesta humanitaria multisectorial.
«Los socios están preparados para redirigir parte de la respuesta en curso de preparación para el invierno para apoyar a los hogares más vulnerables afectados por las hostilidades», precisó.
La alerta coincide con la ofensiva a gran escala de grupos afiliados a la organización terrorista Hayat Tahrir al Sham en las provincias de Alepo e Idlib, por primera vez desde 2016.
Sus miembros tomaron el control de la ciudad de Alepo, incluido el aeropuerto internacional y la base aérea de Kuweires, lo que no sucedía desde el estallido del conflicto armado en el país en marzo de 2011.
El lunes, el secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su alarma ante la escalada violenta al tiempo que pidió el retorno al proceso político facilitado por el organismo.
Las hostilidades en regiones como Alepo, Idlib y Hama acumulan víctimas civiles y graves daños a infraestructuras esenciales mientras miles de personas fueron obligadas a abandonar sus hogares, afirmó a la prensa el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric.
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